¿Cómo elegir bien un bidón?
El bidón es el accesorio más típico del ciclista. La llegada de los depósitos de agua no ha supuesto su huida en retirada, sino todo lo contrario, ya que parece que cuenta con la ventaja de que se rellena en unos segundos. La combinación de ambos accesorios permite variar las bebidas, para llevar por ejemplo bebidas ricas en glucosa y fructosa en el depósito y agua en el bidón o los bidones, o viceversa.
Para cubrir todas las necesidades, los fabricantes ofrecen un amplia gama que juega con los materiales, las texturas y las funciones.
Todo lo que hay que saber sobre los bidones
Los tipos de bidones
El volumen de capacidad es muy variable, desde los 400 ml a más de 1 litro de líquido, siendo los modelos más frecuentes los que están entre 500 y 750 ml.
Algunos bidones están fabricados con materiales comprimibles para poder reducir considerablemente su volumen (un 75 % aproximadamente) cuando esté vacío.
El cierre del bidón puede ser con un tapón con tirador que se aprieta o un tapón enroscable. A veces también tiene una tapa para evitar las salpicaduras de tierra, el polvo o los insectos. La válvula, flexible o rígida según el modelo, se abre con los dientes, pero algunos modelos tienen una boquilla para beber sólo con aspirar.
Los materiales
El plástico es una opción ligera y asequible. La flexibilidad del bidón facilita el agarre en mano. Por el contrario, no mantiene la temperatura original del líquido.
El aluminio consigue bidones más pesados, pero más resistentes, con unas cualidades isotérmicas muy interesantes. Además, el sabor no se ve afectado por este tipo de material.
Por último, algunos modelos isotérmicos de alta gama tienen una estructura de doble pared, con un exterior de plástico y un aislante interior de gel o acero inoxidable. Estos bidones reúnen ambas ventajas: tener un agarre cómodo y ser capaces de conservar la temperatura inicial de la bebida durante muchas horas.
¿Qué bidón es el más adecuado para la disciplina que practico?
La elección depende de los siguientes factores:
El contenido
El primer elemento que hay que elegir de un bidón es el volumen, que depende de la duración de la ruta: para rutas cortas, 500 o 600 ml son suficientes; si hace mucho calor, un modelo de 750 ml está dentro de los márgenes. Los bidones de gran volumen (de 1,1 litros) se reservan para las rutas de 2 o 3 horas. Además, se pueden llevar varios bidones repartidos en el cuadro, en la bolsa, en la mochila o incluso en el bolsillo del maillot.
El diámetro
A pesar de que los modelos de 66 mm de diámetro todavía se pueden encontrar (bidones para niños o para profesionales de rutas cortas), la norma está en los 74 mm de diámetro, para que el agarre en mano sea perfecto. Es compatible con el portabidón y no genera ningún problema. Basta con elegir un portabidón que se adapte a la longitud del bidón y a su peso cuando esté lleno.
Los materiales
Sobre los materiales, hay que destacar que si lo que buscas es el peso mínimo, tendrás que optar por un bidón de plástico. En ese caso, es mejor elegir un modelo sin Bisfenol A (BPA) ya que mantiene mejor el sabor y evita los efectos nocivos de este compuesto para la salud.
Por último, algunos bidones no sirven para llevar líquido... sino ¡herramientas! Otra forma de hidratarse, como un depósito de agua, es imprescindible en estos casos.
