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ACCESORIOS - Bombas de bicicleta - Bombas

¿Cómo elegir una bomba para la bicicleta?

A una isla desierta, un ciclista se llevaría probablemente dos cosas: la bici y una bomba. La bomba es un accesorio imprescindible que tiene un lugar reservado en el taller o sobre el terreno, en cualquier disciplina.
 

Pinchazos, cambios de cubiertas, inflado o ajuste de la presión: la bomba se utiliza todo el tiempo. Este accesorio hay que elegirlo con cuidado para que dure más tiempo y puedas ajustar todo lo que necesites en tu bicicleta.

Características de las bombas de bicicleta

  • Tipos de bombas: bomba de pie, bomba de mano, bomba de CO2, bombas para suspensiones.

Todo lo que hay que saber sobre bombas de bicicleta

Bombas de pie

La bomba de pie es el modelo de taller por excelencia. Aporta un inflado eficaz gracias a su gran volumen de aire que reduce el esfuerzo necesario para alcanzar la presión deseada. El diseño facilita su uso bien colocada bajo los pies del usuario con la estabilidad necesaria. El mando es cómodo y permite un buen agarre en mano, mientras que el tubo largo asegura el alcance hasta la rueda, tanto si la bici está en el suelo o sobre un caballete de reparación. Por último, la tija y el cuerpo de la bomba presentan un gran diámetro que mejora la solidez de la herramienta. El inflado es más preciso con el manómetro integrado y suele tener muchas boquillas intercambiables para garantizar la compatibilidad con las principales válvulas del mercado (Presta, finas y atornillables; y Schrader, más grandes y parecidas a las válvulas de los coches). Por último, las agujas para inflar balones, por ejemplo, pueden venir incluidas y aumentan las posibilidades de uso de la bomba.

 

Tenemos que señalar el caso de las cubiertas tubeless, que usan un nuevo tipo de bombas de pie. Estas bombas cuentan con una reserva de aire bajo presión. Cuando la rellenas manualmente, esta reserva libera una gran cantidad de aire en la cubierta en una fracción de segundo. El efecto está más asegurado, ya no volverás a usar un compresor.

Bombas de mano

La bomba de mano es perfecta sobre el terreno ya que tiene un tamaño reducido y un peso ligero. Los modelos más compactos pueden medir entre 15 y 25 cm de largo y tan solo pesan unos gramos, especialmente si están fabricadas con carbono. Ofrecen una gran libertad y caben en una mochila, en el bolsillo del maillot o sobre la bici con una sujeción específica, normalmente vinculada a la del portabidón.

 

Aunque hay bombas de doble acción que envían aire en cada movimiento, las bombas de mano siguen siendo algo limitadas por su caudal y no sirven para alcanzar grandes presiones. Una bomba de este tipo es, ante todo, una solución puntual preparada para realizar reparaciones sobre el terreno.

Bombas de CO2

El uso de estas bombas es sencillísimo. Al ser tan pequeña, sólo permite un cartucho de un único uso. Cuando se abre, el cartucho libera de forma instantánea una cantidad de CO2 suficiente para volver a inflar una cubierta. La operación es muy rápida y apenas ocupa espacio. Los cartuchos pueden tener un extremo liso o roscado. Hay diferentes volúmenes disponibles según la disciplina (Carretera / MTB).

Bombas para suspensiones

Estas bombas de alta presión no se utilizan con las cubiertas, sino que se usan para ajustar las horquillas y amortiguadores con muelles de aire que necesitan un volumen de aire pequeño pero con una presión muy alta (normalmente hasta 20 bares / 300 psi).

 

Las bombas son de plástico o de metal y cuentan con un manómetro de gran precisión. El tubo es flexible para conectarlo a las válvulas de amortiguador que sean de difícil acceso.

¿Qué bomba es la más adecuada?

Antes de empezar, lo mejor es comprobar que la bomba roscada es compatible con las válvulas de tu bici. Las bicicletas actuales se dividen entre válvulas Presta o Schrader, y Dunlop en menor medida. Es muy fácil encontrar un adaptador para pasar de una válvula a otra.

 

A continuación, el flujo o caudal de aire tiene que adaptarse a las cubiertas que vayas a inflar. A un ciclista de carretera no le basta con una minibomba para alcanzar las presiones tan altas que se necesitan en esta disciplina, normalmente entre los 7 y 8 bares. Pero, para inflar las cubiertas tranquilamente en el taller, una bomba de pie o, al menos, una bomba de mano de alta presión, es la mejor opción.

 

En MTB, con la moda de las cubiertas de gran sección, el uso de una bomba de gran volumen es toda una ventaja. Además, un rider de montaña que equipe su bici con cubiertas tubeless o tubeless ready tiene que poder mover una gran cantidad de aire rápidamente hacia el interior de la cubierta para asegurar un montaje eficaz. Esta operación es posible con una bomba de mano, pero no siempre. En cualquier caso, es mucho más fácil con una bomba de pie.

 

La precisión del manómetro también es algo que hay que tener en cuenta ya que algunas cubiertas tubeless de gran tamaño (para MTB) pueden perder mucha presión. Una diferencia de algunos psi puede cambiar radicalmente el funcionamiento de la bicicleta (1 bar = 14,51 psi). Además, todos los manómetros no son iguales: algunos tienen la esfera más grande, otros una escala más precisa. En una bomba de pie, el manómetro tiene que estar en una posición superior para que siga siendo visible durante el inflado.

 

Por último, el peso, el tamaño y la ergonomía tienen que valorarse también. Una bomba de pie soporta grandes esfuerzos mecánicos, por eso es mejor que tenga un cuerpo sólido de acero o aluminio. Del mismo modo, una base metálica es más duradera que una base de plástico.

Lo mismo ocurre con las bombas de mano: si el carbono o el plástico reducen el peso total, el aluminio mejora la durabilidad de la herramienta.

Además, la bomba de pie, que tiene un gran tamaño pero es muy eficaz dentro de un uso intensivo, tiene que completarse con una bomba de mano compacta para los ciclistas y pilotos que busquen la máxima rapidez en las reparaciones. Si, por el contrario, buscan un peso mínimo, la opción es una bomba de CO2.

 

La configuración perfecta para una MTB

Una bomba de pie de gran volumen, equipada con un depósito de aire adicional para las cubiertas tubeless, sólida, estable y con un manómetro preciso. Una bomba que se guarda perfectamente en el taller o en el coche.

Una bomba de mano pequeña sirve para complementar a la pie, para las reparaciones de pinchazos sobre el terreno. Los que participan en competiciones preferirán una bomba de CO2 porque es más rápida, pero los cartuchos sólo se pueden usar una vez. En el taller, la bomba de alta presión garantiza un ajuste preciso para las suspensiones de aire.

 

La configuración perfecta para una bicicleta de carretera

Para el taller, una bomba de mano o de pie de alta presión es capaz de inflar a más de 8 bares. Para llevar una bomba a las carreras o rutas, lo mejor es una bomba de CO2 o dos. Son cartuchos de un solo uso que se usan para conseguir altas presiones (por ejemplo, un cartucho de 16 g puede inflar a 9 bares).

 

Para los ciclistas ocasionales o los que se mueven por la ciudad

Una bomba de pie básica es suficiente para volver a inflar las cubiertas de vez en cuando con eficacia y sin cansarse. Y para los trayectos de casa al trabajo o al revés, una bomba de mano pequeña que quepa en la mochila o la bolsa sirve para solucionar cualquier pinchazo.

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