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¿Cómo elegir lubricante y grasa para la bicicleta?

El fin de semana se aprovecha para mimar tu burra de acero. Cuando tienes la bici limpia y desengrasada, se renuevan las gafas para ir a por todas en carreteras o subidas más difíciles. Antes de subirte a la bici, el último paso es imprescindible: lubricar los elementos de la bicicleta.

El uso del lubricante aumenta la durabilidad de los componentes, asegura un funcionamiento correcto y fluido de la transmisión, aumenta la potencia de pedaleo y elimina los ruidos molestos. Hay muchos productos disponibles en el mercado y no es fácil elegir el adecuado. ¿Teflón o silicona? ¿Tiempo seco o tiempo lluvioso? ¿En spray o con dosificador?

¿Lubricante o grasa? ¿Cuáles son las diferencias?

La principal diferencia entre el lubricante y la grasa es su textura. La grasa es un producto preparado para asegurar el buen funcionamiento de las piezas en movimientos, proteger el material del óxido y limitar el desgaste. La grasa tiene una textura más gruesa y se recomienda para las parte internas, no expuestas a los elementos exteriores como la lluvia o el barro.


Por otra parte, el lubricante es más fluido. Se utiliza sobre todo para proteger las superficies del envejecimiento prematuro. El lubricante se aplica en la cadena y los rodamientos externos que están sometidos a los elementos exteriores. La fluidez aumenta la penetración del lubricante hasta llegar a los recovecos más estrechos como los tornillos de los cambios, los eslabones de la cadena o los puentes de freno.


Hay que tener varios parámetros en cuenta a la hora de elegir el lubricante:

  • - Tipo de lubricante
  • - Tipo de grasa
  • - Tiempo

Tipos de lubricante

El uso de estos productos depende de la importante que le vayas a dar a unos cambios más fluidos, una cadena menos ruidosa o a la protección ante las condiciones exteriores de lluvia o humedad. Cada lubricante responde de una forma particular a estos elementos.

El lubricante de silicona asegura una protección eficaz, Se utiliza en la bicicleta y en los mecanismos, por ejemplo: el mantenimiento del cuadro o las barras de las suspensiones. Este tipo de lubricante protege los componentes del óxido. No daña los materiales y evita que los residuos se peguen en las piezas lubricadas.


El lubricante de teflón apenas tiene contraindicaciones y es una excelente solución para la cadena. La composición es parecida a la del aceite tradicional. El coeficiente de fricción es bastante bajo para tener una mayor eficacia en las piezas que rozan en la bicicleta como los eslabones.


Los lubricantes de cera garantizan una cadena limpia, con un efecto más largo y un pedaleo óptimo. Es perfecto para los ciclistas que buscan unos cambios suaves. El principal inconveniente es su aplicación. Este lubricante se puede utilizar en las cadenas previamente lavadas e impolutas, ya que hay que dejar secar la cera sobre una superficie limpia. Incluso si no hace falta limpiar la cadena, tendrás que aplicar cera a la cadena después de cada ruta.


El producto tope de gama es el lubricante cerámico, que incorpora la tecnología cerámica patentada con partículas de nitruro de boro, una especie de envoltorio de cera muy resistente y duradero. Genera menos roces, menos desgaste y aumentará la potencia.



Hay muchos tipos de envases para presentar el lubricante o la grasa para tu bicicleta. Los más conocidos son líquidos con dosificar o spray. Desde nuestro punto de vista, recomendamos el uso del dosificador para la cadena y el resto de componentes porque se maneja mejor la cantidad que necesitamos usar, es más ecológico y más limpio.


Además, también existen lubricantes biodegradables fabricados con ingredientes vegetales. Estos productos sin PFC se usan para el mantenimiento de la bici y no dañan el medio ambiente.


¡Cuidado! ¡No te equivoques de producto!

El WD40 no es aceite, se seca rápidamente. Este producto sirve para aflojar las roscas, proteger las piezas de metal del óxido y eliminar la humedad, así que no lo uses nunca como lubricante para la cadena. Además, algunos modelos pueden dañar las juntas de goma de la bicicleta.

Los puntos clave que hay que lubricar

El elemento central de la bici: la cadena. Este componente se encarga de transmitir la potencia y su papel es fundamental. Cuando esté limpia y seca, lubrica la cara interior de la cadena con unas gotas del dosificador. Haz girar las ruedas y limpia el producto sobrante. Repite este paso solamente si la cadena empieza a hacer ruido. De hecho, no hace falta ahogar la cadena con mucho lubricante porque el exceso puede desgastar más rápido los componentes.

En la horquilla, basta con unas gotas para lubricar las juntas, eliminar la suciedad y volver a disfrutar de la eficacia total de la suspensión con un rebote y una compresión uniformes.

Los cables y las fundas necesitan un mantenimiento especial. Pon una gota de lubricante en la entrada y la salida de las fundas de cambio y de freno. De esta forma, la suavidad está garantizada a la hora de usar los frenos y los cambios porque los cables se deslizan mejor dentro de las fundas. Para que los cambios sean más fluidos, puedes usar una gota de lubricante en cada articulación de los desviadores y en los muelles. Una garantía de suavidad y menos desgaste en los componentes.

Tipos de producto según el tiempo

Hay varios tipos de lubricantes según el tiempo meteorológico que te vayas a encontrar en la ruta. Tiempo seco, tiempo lluvioso, condiciones extremas o cualquier meteorología para dejar tu bici preparada antes de cada ruta en función del tiempo atmosférico

El lubricante para tiempo lluvioso es imprescindible en invierno. Su textura es más gruesa, se queda pegado a la transmisión de la bici más tiempo, incluso si llueve. De esta forma protege la bici de la corrosión. Su principal defecto es que reúne toda la suciedad que vayas encontrando. Por eso, recomendamos limpiar, desengrasar y lubricar la bicicleta al llegar, después de cada ruta. En el otro lado tenemos el lubricante para tiempo seco, más ligero y menos pegajoso. Su adherencia es más débil y tiene menos durabilidad, por lo que hay que aplicarlo con más frecuencia.

El lubricante para cualquier tiempo tiene un perfil híbrido, perfecto para los salen a rodar en cualquier momento. Un producto que te acompaña en las rutas durante el entretiempo o cuando el tiempo es más inestable y cambia con asiduidad.

Por último, tenemos el lubricante para condiciones extremas que responde a unas condiciones específicas. Tanto si hace mucho frío como si llueve a mares, éste es el lubricante que necesita tu bicicleta. Antes de comprar el lubricante, reflexiona y fíjate en el uso que le das a la bici y el momento del año en que lo haces. Si sueles salir de ruta en invierno cuando el tiempo es menos estable, elige un lubricante para tiempo lluvioso. Sin embargo, si sales a rodar sólo cuando hace buen tiempo, lo mejor es que optes por un lubricante para tiempo seco.

Tipos de grasa

Este producto es la mejor opción para engrasar los elementos interiores de la bici (como la tija de sillín, el tubo de la horquilla o el eje de pedalier). Esta pasta pegajosa y viscosa garantiza el buen funcionamiento de las piezas en movimiento, al mismo tiempo que las protege del óxido y el desgaste. Nuestra recomendación es aplicar la grasa con un pincel para conseguir un trabajo limpio y eficaz.

La grasa es distinta según su tecnología, mientras que la composición determina el uso que le vamos a dar:


La grasa de aluminio se recomienda para los componentes de aluminio como la potencia, los pedales o la tija de sillín. Tiene un efecto para evitar que se atasquen las piezas, reduce el riesgo de corrosión y elimina los ruidos generados por el roce.


La grasa de litio se recomienda para el mantenimiento del eje de pedalier, la dirección o los bujes. Es un producto resistente al agua e impide cualquier infiltración de líquido dentro de los rodamientos. Además, también destaca por sus excelentes cualidades de agarre.


La grasa de cobre evita que se deterioren las roscas y reduce los crujidos. Se trata de un producto imprescindible para las conexiones metálicas que tienen las tijas de sillín, los ejes de pedalier, los ejes y cualquier pieza de aluminio, titanio o acero, o los elementos que tengan rosca. Este tipo de grasa no se usa en los rodamientos.


La grasa de carbono se aplica en el montaje de piezas de carbono como la tija de sillín o el manillar. Esta grasa contiene diminutos granos abrasivos que reducen la fuerza de cierre necesaria en los elementos más frágiles y evitan cualquier deslizamiento mientras los usas. Se recomienda repetir la aplicación de esta grasa con cierta frecuencia.



Nota Bikeshop: las grasas que se aplican en los componentes con rodamientos como por ejemplo los bujes o la dirección tienen que ser de baja densidad. Si la pones en tu dedo, la grasa tiene que formar un hilo largo si la levantas.

Por el contrario, las grasas utilizadas en componentes estáticos como la tija de sillín o el eje de pedalier tienen una mayor densidad en una textura más compacta. De esta forma, la grasa no se evapora y se mantiene hasta el final de la ruta, preparada para cualquier situación.

El lubricado y el engrasado son pasos imprescindibles para el buen funcionamiento de la bicicleta. Un mantenimiento frecuente y serio mejora la durabilidad de la bicicleta y te permite disfrutar más de cada ruta, con mejor rendimiento y más comodidad.

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