Todo lo que hay que saber sobre los depósitos de agua
Un depósito de agua se transporta fácilmente en la mochila MTB, que suele tener un compartimento especial para llevar el depósito y guías para facilitar el paso del tubo por el tirante.
El uso de un depósito de agua es muy sencillo y se accede a su contenido a través de un tubo y una boquilla para llevar el líquido hasta la boca y que el piloto se hidrate con mayor facilidad que con un bidón que lleves en el cuadro. En las partes más técnicas donde no se puede tocar el bidón para no caerte, un piloto avezado tendrá un depósito en la mochila. La experiencia lo demuestra, un piloto que lleve una mochila de hidratación bebe con más frecuencia que uno que lleve un bidón. También es un accesorio con más capacidad, entre 1,5 y 3 litros, según el modelo.
Los depósitos de hidratación están fabricados con materiales plásticos. Todos los modelos disponibles en el mercado no pueden contener sustancias tóxicas como el bisfenol A (BPA).
¿Cual es el depósito más adecuado para mí?
La capacidad de un depósito de agua es el primer criterio, ya que depende de la longitud de las rutas. Un depósito con una capacidad mínima (1,5 l) es suficiente para las rutas deportivas de Cross Country. Las rutas de senderismo de medio día o un día son escapadas de mayor consideración en las que necesitaremos un depósito de mayor volumen.
En el mercado hay disponibles depósitos de diferentes formas. La mayoría de modelos presentan una forma vertical alargada. El resto tiene una forma específica para poder acoplarse a las lumbares. Este diseño se usa para integrar el depósito en la parte baja de la mochila o la riñonera.
Para evitar cualquier daño o molestia mientras pedaleas, algunos depósitos cuentan con una tecnología especial que estabiliza mejor el peso del líquido, para que no se vaya demasiado a la derecha o la izquierda. Estos depósitos también tienen una línea central estabilizadora para compartimentar el agua en el interior.
La boquilla del tubo es un elemento importante que determina el caudal de líquido que sale en cada aspiración. La mayoría de los depósitos utilizan válvulas antimicrobianas, algunos con llave de paseo para evitar cualquier pérdida de líquido. Otros tienen un tapón protector por si ruedas entre el barro. Las boquillas más avanzadas tienen una bomba que salga el agua con presión, muy práctico para limpiar o rellenar un recipiente.
Para elegir bien el depósito, hay que fijarse en la anchura de la abertura del depósito, clave para facilitar el trabajo al rellenarlo o limpiarlo.
¿Cómo elegir el depósito de agua?
Después de usarlo en una ruta, el mantenimiento del depósito es clave, ya que evita la proliferación de bacterias y hongos en el interior, algo que puede pasar en una bolsa cerrada y húmeda.
Para empezar, recomendamos usar el depósito sólo con agua, nada de bebidas energéticas azucaradas que pueden dejar sabor o restos en el plástico.
Una vez hayas vaciado el depósito, hay que limpiarlo y enjuagarlo bien, varias veces si es necesario, antes de secarlo con cuidado. Los separadores dejan que el líquido se deslice fácilmente. Hay kits y lotes de cepillos y pasadores preparados para limpiar con eficacia el interior del depósito y del tubo.
Hay que desinfectar el conjunto con cierta frecuencia, para lo que se pueden utilizar pastillas limpiadoras o técnicas alternativas, como el lavavajillas, el jabón, la sal gorda o el vinagre blanco... Basta con dejar en remojo el depósito con el producto durante algunos minutos en agua caliente.
Por último, para terminar la limpieza hasta el siguiente uso del depósito, recomendamos guardar el depósito y el tubo en el congelador para evitar la proliferación de bacterias.
