Todo lo que hay que saber sobre los portabidones
Las sujeciones de los portabidones
Muchas bicicletas están equipadas de serie con un portabidón, o al menos con los dos tornillos (para montar uno en el cuadro) situados en el tubo inferior y, a veces, sobre el tubo del sillín o en el tubo superior (bicicletas aerodinámicas de Triatlón o Gravel). Este sistema de sujeción con tornillos es el más común. Está homologado y es muy fiable.
Una sujeción mediante cintas, velcros o abrazaderas se puede utilizar si el cuadro no tiene ningún tornillo. Se monta fácilmente y se puede colocar el portabidón donde quieras. Sin embargo, este tipo de sujeción no asegura un acabado tan rígido y compacto. La sujeción no abrazaderas o bridas sí es más sólida, pero pueden deslizarse con el tiempo y dañar el cuadro.
Por último, hay dos tipos de sujeciones que se colocan en el manillar o sobre los raíles del sillín, por lo que son perfectas para los que practican triatlón y necesitan tener el acceso más rápido posible al bidón, así como una gran capacidad de transporte sin perder la ventaja aerodinámica del cuadro.
Los materiales
El plástico, el material termoplástico, la resina o la poliamida son los materiales que más se utilizan para fabricar los portabidones actuales. Estos materiales ligeros permiten a los fabricantes diseñar componentes de formas variadas, a veces complejas.
El aluminio o el acero destacan por su gran resistencia. El peso es mayor y su forma es más sencilla y clásica.
Por último, el carbono es el material utilizado para los modelos más ligeros, pero sigue siendo muy vulnerable ante posibles golpes o impactos. Este material ofrece muchas posibilidades a los fabricantes a la hora de diseñar, que juegan con la flexibilidad del portabidón para facilitar la entrada y la salida del bidón.