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EQUIPAMIENTO - NIÑOS > Cascos

¿Cómo elegir un casco para niño?

El casco es un elemento obligatorio y central de la seguridad en bicicleta que abarca a todas las disciplinas y todos los participantes. Para que un casco ciclista para niño garantice una protección óptima, tiene que quedar ajustado a la cabeza y bien sujeto. Las tecnologías actuales permiten a los fabricantes ofrecer modelos que son resistentes, ligeros y cómodos al mismo tiempo.
La forma, el sistema de sujeción y ajuste, las patentes de seguridad y el material con el que se fabrican forman parte de las características que hay que tener en cuenta, especialmente para un niño. También juega un papel significativo el precio. Aquí tienes algunas recomendaciones para que tu elección no se convierta en un contratiempo para tu hijo o hija.

¿Qué normas debe cumplir un casco de bicicleta para niños?

Más que un accesorio, el casco de bicicleta es un elemento de seguridad indispensable que forma parte del equipamiento de los jóvenes y los más pequeños. Además, llevar el casco es obligatorio si el ciclista tiene menos de 16 años en España.

A la hora de buscar un casco de bicicleta para los más pequeños, asegúrate de que cumple con la norma NF EN 1078. Esta norma suele venir en una etiqueta situada en el interior del casco. Esta norma garantiza que se respetan las características específicas para el senderismo en bici o el aprendizaje en bicicleta.

Algunos modelos presentan una doble homologación ya que los cascos de esquí no cumplen con las mismas normas en cuanto a solidez, resistencia, seguridad, peso, campo visual, etc. La más común es la homologación para ciclismo y esquí. En este caso, la norma NF EN 1077 que rige los deportes de invierno es la más indicada. Se trata de una ventaja real para poder usar el mismo casco en diferentes disciplinas deportivas.


 

¿Qué talla de casco es la adecuada?

Antes de nada, piensa en medirle el contorno de cabeza a tu hijo o hija. Para ello, mídelo con precisión pasando por la frente (justo encima de las cejas), por la parte trasera del cráneo y por encima de las orejas.

De esta forma te evitarás perder el tiempo probando modelos. Cuanto más ligero sea en las cervicales, mejor se adaptará el peso a los músculos de los niños.
Es importante elegir bien el casco, no pasarse de talla con el pretexto de que el niño o la niña tiene que crecer. Puedes controlar el presupuesto, pero no en detrimento de la seguridad. Para que un casco sea eficaz, tiene que ser de la talla exacta y quedar bien ajustado. Un casco demasiado grande o mal situado puede acabar moviéndose en caso de caída y no proteger la cabeza al nivel que debería en el momento del impacto. Por el contrario, un casco demasiado apretado puede acabar siendo doloroso.

 
 
 

Más allá de la seguridad, no hay que olvidar la comodidad. Un casco de bicicleta tiene que ser cómodo y el ciclista olvidar que lo lleva puesto, como si fuera una segunda piel. Para mejorar la comodidad y la precisión en la sujeción, lo mejor es optar por un casco con un sistema de ajuste occipital. Esta solución es algo más cara que un sistema tradicional, pero garantiza una enorme durabilidad que aguantará el crecimiento del niño.

 

¿Qué diseño de casco es el más indicado?

Desde hace poco, la mayoría de los cascos para niños están diseñados para no generar ninguna incomodidad, incluso para los que van en una silla o en un remolque, especialmente con una parte trasera más plana. De esta forma, puedes llevar a los más pequeños con la cabeza apoyada en el respaldo y que hasta se duerman una siesta.
La otra gran característica que concierne al diseño se encuentra en las tomas de aire. Estas tomas se recomiendan sobre todo para los adolescentes que ya empiezan a disfrutar dándolo todo sobre la bici.

Además de la forma de la carcasa, lo importante para que el niño acepte llevar el casco es que pueda escoger (en la medida de lo posible) el color y los dibujos de su futuro casco. De esta forma, se acostumbrará de buena gana a un elemento de seguridad de la bicicleta y querrá llevarlo por sí mismo.

Los cascos de bicicleta para los juniors son toda una ventaja para el rendimiento. Tienen colores más sobrio y formas más sofisticadas que se acercan más a los cascos de adulto.

¿Cómo ajustar bien el casco de bicicleta para niños?

Para garantizar una seguridad óptima, es fundamental ajustar correctamente el casco del niño. Para comprobar si el casco para niño está bien ajustado, empieza por aflojar al máximo la rueda de ajuste, si el modelo la tiene.
Ponle el casco al niño, colócalo recto sobre su cabeza. Para tener una referencia, mantén un espacio equivalente a dos dedos entre las cejas y la parte inferior del casco.
Si tiene una rueda o dial de ajuste, gírala o apriétala hasta que cierre pero sin que haga daño. Para probar el ajuste, dile que mueva la cabeza asintiendo y negando. Si el casco se mantiene en su sitio, es que está bien sujeto. El casco no tiene que hacer daño en la cabeza, no hay que pasarse de presión en las sienes o la frente.

Por último, tendrás que ajustar la correa yugular y las correas laterales (si las tiene), para adaptar completamente el casco a su cara. La correa yugular tiene que quedar cerca del mentón sin estar muy apretada (tiene que quedar el espacio equivalente a un dedo). Las correas laterales tienen que formar una Y bajo las orejas. Las hebillas de cierre o ajuste tienen que quedar situadas bajo el lóbulo de cada oreja.


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