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¿Por qué es mejor usar una limpiadora a presión?

Sábado, siete de la tarde, entras a casa empapado y sucio después de una ruta. Tú y la bici estáis para meteros en la lavadora, ¿cómo no? El polvo, el barro, la grasa... O limpias la bici ahora o no lo harás nunca. Pero, ¿cómo hacerlo? ¿y dónde?

Para todos lo que no tengan un garaje o un jardín, el baño o la bañera son la primera opción. Sin embargo, no todos piensan lo mismo, sobre todo si esas personas viven contigo en la misma casa. Si vives en un piso y estás acostumbrado a moverte en coche con el portabicicletas, o si prefieres no tener que esperar en los puntos de limpieza de las grandes pruebas ciclistas, invertir en una limpiadora a presión.

Estos son los puntos clave para que todo quede reluciente:

¿Para qué sirve una limpiadora a presión?

Práctica, compacta y eficaz, las limpiadoras a presión son perfectas para el mantenimiento de las bicicletas de carretera, las Mountain Bike, las bicis de paseo o incluso las eléctricas...
La función principal de este dispositivo es asegurar un chorro de agua portátil más o menos potente. Dicho esto, hay que tener en cuenta que las bicicletas o algunos de sus componentes son bastante frágiles. Los fabricantes los saben y ya hay modelos disponibles en el mercado con características específicas para el mantenimiento de tu burra de acero.

Criterios de selección

Los modelos que ofrecen las marcas se diferencian en muchos criterios, aunque los más importantes son:

El volumen

En primer lugar, el contenido o volumen en litros. En el mercado encontramos una amplia oferta, con volúmenes que varían entre los 4 y los 35 litros.

Los modelos pequeños tienen entre 4 y 10 litros, pesan menos y ocupan menos espacio. Sin embargo, la autonomía es menor y sólo podrás limpiar una bicicleta cada vez.

Los modelos por encima de los 10 litros son más pesados y voluminosos, pero su autonomía es mayor. Además, tienen más potencia y garantizan una cantidad de agua suficiente para limpiar varias bicis.

La presión

La presión determina la potencia con la que la limpiadora a presión lanza el agua. Cuanto mayor sea la presión, más agua y batería necesita la limpiadora. Por el contrario, si la presión es baja, se necesita menos agua y batería. La presión determina el tiempo que hace falta para limpiar una superficie y despegar la suciedad.

Funcionamiento

A la hora de usar la limpiadora a presión, hay dos clases: las que funcionan con cable conectado a la corriente o las que funcionan con una batería.

Los modelos con batería tienen un depósito para que puedas manejarlos y moverlos fácilmente. Es la elección perfecta si te desplazas en coche con tu bici para ir a las competiciones, las rutas o si no tienes un jardín o zona exterior en casa. En algunos modelos tendrás que andar con ojo para dosificar la batería para poder limpiar la bici entera. Incluso si los modelos tienen batería, algunos se pueden usar también conectándolos al encendedor del coche.

Si la vas a usar siempre en el mismo lugar, te recomendamos un modelo que se conecte a la electricidad por cable y/o a un punto de agua.

Algunos modelos son híbridos, es decir, que pueden funcionar con una batería o conectados para conseguir una mayor polivalencia.

Ergonomía

También hay diferentes modelos de limpiadoras a presión según su ergonomía. El modelo tipo « maleta » con asa de transporte, ruedas y espacio para guardar los accesorios. Un modelo lo bastante ergonómico y fácil de transportar, pero también ocupa más espacio y es más pesado.

El otro tipo de modelo es la limpiadora tipo « pistola ». Una limpiadora que se conecta a un punto de agua. Este tipo de producto es ligero y fácil de transportar porque ocupa poco espacio, pero la conexión a un punto de agua es imprescindible.

Accesorios

 

Las marcas saben de la importancia del cuidado de la bicicleta para que funcione bien. La mayoría de los modelos de limpiadoras del mercado están equipados con accesorios que varían según la marca y la gama. Cepillos, mangos, adaptadores o incluso lanzas telescópicas. Echa un vistazo a la lista de accesorios incluidos o que son compatibles con tu limpiadora para llevar a cabo las tareas para las que necesitas la limpiadora.

Ventajas e inconvenientes

Puntos fuertes

Una limpiadora a presión te permite ahorrar mucho tiempo cuando limpies la bici. De hecho, las partes más difíciles de alcanzar normalmente son pan comido con los accesorios que tienes a mano. La ventaja de tener una limpiadora a presión es que tu bici nunca estará sucia, porque después de cada ruta podrás limpiarla rápidamente (así no tendrás que hacerlo en casa) y no te llevarás contigo la suciedad en el coche o el portabicicletas. Además, este tipo de dispositivos son muy fáciles de usar y transportar. Además, es tan polivalente que podrás usarla para limpiar el coche, por ejemplo.

Puntos débiles

Algunas limpiadoras a presión pesan mucho para transportarlas (peso de la máquina + depósito de agua). Algunos modelos necesitan una fuente de agua cercana para garantizar el buen funcionamiento de la limpiadora.

¿Cómo se usa una limpiadora a presión?

 

La limpiadora a presión es fácil de manejar. Basta con cargar la batería antes de usarla o enchufarla a la corriente (depende del tipo de limpiadora). A continuación, rellena el depósito de agua de la limpiadora o conéctala a una fuente de agua cercana. Para terminar, usa el accesorio adecuado para limpiar tu bici o la parte específica que esté sucia.

Conviene recordar que el agua a presión no basta para limpiar totalmente la bicicleta. Te recomendamos usar productos de limpieza específicos para mejorar la calidad del lavado, evitar daños en la bici y eliminar cualquier resto de barro y suciedad. También aconsejamos el uso de esponjas y cepillos (más o menos flexibles según la zona de la bicicleta) para realizar una limpieza en profundidad.


Para saber más sobre la limpieza y el mantenimiento, echa un vistazo a nuestro consejo sobre el mantenimiento habitual de la bici.

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