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ACCESORIOS - Guardabarros y protecciones > Guardabarros

¿Cómo elegir bien un guardabarros?

Salir a pedalear con lluvia o humedad te obliga a salir preparado o preparada de casa. Para protegerte bien de las salpicaduras de agua y conservar tu ropa y bicicleta, el uso de unos guardabarros en la rueda delantera y en la rueda trasera es fundamental.
 

Para evitar que el agua y el barro se infiltren por todas partes en los componentes y el cuadro de tu bicicleta, el guardabarros también protege del polvo, los restos de vegetación en la carretera y de las rocas si practicas una disciplina MTB. Se trata de un elemento de comodidad y de seguridad al mismo tiempo.

Las características de los guardabarros

  • Los tipos de guardabarros: para bicicletas de carrera y de paseo, o para MTB.
  • Las sujeciones: guardabarros delantero (parte inferior de la horquilla, tubo de la horquilla, botellas, pletina o corona, tubo diagonal del cuadro) o guardabarros trasero (tirantes, eje de la rueda, tija de sillín, raíles de sillín).

Todo lo que hay que saber sobre los guardabarros

Tipos de guardabarros

Actualmente, casi todos los guardabarros se fabrican con materiales plásticos y, una vez montados en la bici, ¡te olvidas de ellos!

 
Para bicicletas de carrera y de paseo

El guardabarros tiene una forma clásica. Un componente alargado que sigue la curva que marca la rueda y protege al máximo a la bicicleta y al piloto. Puede llevar una faldilla flexible en el extremo. Este componente reduce con eficacia las salpicaduras, el riesgo de infiltración en los rodamientos de la bicicleta (por ejemplo, en el pedalier) y la aparición de óxido.

Para MTB

En MTB, los guardabarros suelen ser más compactos para absorber las vibraciones y reducir el riesgo de que se enganche con la vegetación. En los terrenos embarrados, un guardabarros pequeño cuenta también con la ventaja de que es más difícil que se atasque el barro con la cubierta. A pesar de ser más pequeño, ofrece una protección eficaz al rider. En la rueda delantera, protege la barras de la horquilla, cuya superficie no soporta tan bien las salpicaduras abrasivas mezcladas con piedras o arena.


Las sujeciones

La elección del guardabarros se realiza en función de las posibilidades de sujeción y montaje en tu bicicleta.

 
En la rueda delantera
 

Si la horquilla está equipada con ojales de sujeción en la parte inferior, se pueden montar la mayoría de guardabarros de forma tradicional del mercado con las cintas que suelen incluir. La sujeción está garantizada en el tubo de la horquilla con una escuadra integrada en el guardabarros que habrá que apretar. Hay otros sistema de sujeción con clips o pinzas, pero siempre en el tubo de la horquilla.

Para las horquillas que no tienen ojales, los fabricantes ofrecen abrazaderas de cierre a modo de adaptador. El montaje del guardabarros es aún más sencillo. Otros modelos de guardabarros (modelos de MTB) se colocan sobre el arco o la corona de la horquilla con abrazaderas de plástico flexibles.
Por último, la horquilla no es el único lugar en el que se puede colocar el guardabarros. Algunos modelos están diseñados para montarlos en el tubo diagonal del cuadro con unas abrazaderas o bridas de cierre.

 
En la rueda trasera
 

Ocurre lo mismo que con la rueda delantera: se puede colocar un guardabarros con cintas si el cuadro tiene ojales de sujeción. El eje de la rueda trasera se puede utilizar para montar el guardabarros. El tercer punto de sujeción está situado en los puentes del cuadro con los que garantiza la seguridad del conjunto. En este último caso, si no tiene ojales, hay modelos de guardabarros que incluyen abrazaderas de cierre con las que podrás aprovechar el apoyo o soporte que ofrecen los tirantes y ajustar la sujeción.

En la parte trasera de la bicicleta, la tija de sillín es otro elemento que se puede usar para colocar un guardabarros mediante una abrazadera o una brida. Se puede colocar un guardabarros directamente en el sillín utilizando los raíles como soporte para el mismo.

¿Cuál es el guardabarros más adecuado?

La primera cuestión que tenemos que comprobar es que el modelo que has elegido sea compatible con tu bicicleta. El diámetro de las ruedas, la sección de las cubierta, la talla del cuadro, la anchura de la horquilla o incluso el diámetro de la tija de sillín son datos que hay que tener en cuenta. El sistema de sujeción depende mucho de la compatibilidad. Por suerte, los fabricantes tienen a tu disposición muchos modelos para que encuentres el que mejor se adapta a tu bici.

 

Para disciplinas MTB: opta por modelos compactos, flexibles y ligeros. A pesar de su aspecto, realizan un gran trabajo y te protegen de las salpicaduras de agua, de barro, de piedras y de tierra. También protegen la mecánica de tu bicicleta: las botellas de la horquilla, el cuerpo del amortiguador, las juntas... Su forma compacta asegura una gran durabilidad y evita el riesgo de enganche con la ropa o la vegetación. En caso de caída, su flexibilidad le permite deformarse, así que no se romperán con el primer golpe.

Para disciplinas de carretera: un guardabarros ligero es la prioridad. Para la bici de paseo, el peso es lo menos importante: elige un modelo que proteja al máximo frente a las salpicaduras de agua. Los modelos con bordes son más sólidos, aunque vibran un poco. Sin embargo, no se aflojan y duran mucho tiempo.

 

Por último, no te olvides de que el montaje de los guardabarros depende del tipo de sujeción. Alguna puede requerir algo más de tiempo por tu parte y el uso de alguna herramienta sencilla. Un buen montaje significa que el guardabarros no se mueve y está situado a la distancia necesaria exacta con la rueda.

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