¿Por qué utilizar una férula en ciclismo o MTB?
Una férula u ortesis tiene una función clara, ayudar a la articulación o el segmento muscular debilitado. Se trata de un accesorio con forma de manguito o pernera que se coloca sobre la parte del cuerpo que queremos asegurar y que cuenta con elementos estabilizadores más o menos rígidos. Una forma de sujetar y sostener el segmento corporal lesionado después de un esguince o una luxación. De forma más general, también se utilizan para sostener y proteger una rodilla frágil, por hiperextensión de los ligamentos o por una inestabilidad recurrente de la rótula.
En la práctica, el uso de una férula puede formar parte de la fase de reeducación articular de un deportista, o para darle una oportunidad al aficionado que quiere rodar con la máxima intensidad a pesar de tener alguna fragilidad articular. Una rodillera ortopédica puede ser parte del equipo de un rider de MTB en las rutas más largas para evitar el riesgo de recaer en la lesión.
Si hablamos tanto de la rodilla es porque se trata de la articulación más exigida en el ciclismo, pero hay férulas para todas las articulaciones como el tobillo o el codo, capaces de soportar lo peor, incluso en MTB. Algunos modelos se centran en la espinilla para aliviar los dolores del periostio.