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¿Cómo elegir una ciclocomputadora?

Como deporte al aire libre, el ciclismo es una forma de evadirse y disfrutar de la libertad sobre los pedales. Para acompañarte en cada ruta, la ciclocomputadora recoge todos los datos útiles como la velocidad o la distancia durante la ruta.

Este dispositivo es imprescindible para el ciclista porque puede ser muy útil para practicar deporte, para ir al trabajo o para los paseos de fin de semana. Podemos clasificar los dispositivos en tres grupos, desde el más simple al más sofisticado: ciclocomputadora con cable, ciclocomputadora inalámbrica y GPS. Nos centraremos en las dos primeras opciones para ayudarte a elegir el dispositivo más adecuado para ti.

¿Cómo funciona una ciclocomputadora?

Este pequeño aparato electrónico ofrece información en tiempo real sobre la bicicleta. Se compone de múltiples piezas como la pantalla, el sensor de velocidad y el imán para recoger estos datos. La pantalla o consola se coloca normalmente sobre el manillar o la potencia, para ver los datos recogidos por estas piezas desplegadas en la bicicleta o la persona que pedalea.

Hay que introducir el tamaño de la circunferencia de la rueda antes del primer uso. Un imán que se coloca en uno de los radios de la rueda delantera para enviar un resultado cada vez que pase por delante de un sensor situado en la horquilla.

Después, el sensor transmite este dato a la ciclocomputadora que calcula la velocidad y la distancia recorrida mediante la circunferencia de la rueda para informar en tiempo real al ciclista.

La ciclocomputadora funciona con una batería o un par de pilas.

Tipos de ciclocomputadoras

Ciclocomputadora con cable

A pesar del gran avance tecnológico en este campo, todavía existen ciclocomputadoras con cable que sólo hay que conectarlas a la rueda de tu bicicleta. Algo más complejo y menos elegante, el uso de estos dispositivos actualmente está en declive.

La ciclocomputadora con cable es un modelo de entrada de gama con funciones básicas y una transmisión de los datos muy rápida.

En estos dispositivos podrás conocer datos como la velocidad instantánea, la distancia recorrida y total, la hora, el tiempo empleado en el recorrido…

Este tipo de ciclocomputadoras es más asequible que las inalámbricas y es perfecto para los paseos y el uso por la ciudad.


Ciclocomputadora inalámbrica

Para una conexión superior y un seguimiento del entrenamiento más preciso, lo mejor es decantarse por un dispositivo inalámbrico.

La principal ventaja de la ciclocomputadora inalámbrica es su facilidad de uso. Es más fácil de usar en varias bicicletas ya que sólo necesitas un soporte adicional en cada una. Además, se puede usar en cualquier disciplina MTB sin riesgo de que las suspensiones o las ramas enganchen los cables.

Algunos dispositivos conectados tienen aplicaciones compatible para los sistemas operativos de los teléfonos móviles (Android o iOS) o de los PC (Windows o Mac OS). Muestran los datos recogidos para realizar un análisis más preciso.

A pesar de ello, hay que comprobar la compatibilidad de las señales (ANT+, Bluetooth, NFC…) emitidas de los sensores a las ciclocomputadoras.

Funciones de una ciclocomputadora

La ciclocomputadora es una auténtica centralita de información para seguir en directo tu rendimiento. Podrás personalizar la pantalla principal en algunos modelos para tener los datos más importantes a la vista: saber la velocidad instantánea, el número de kilómetros recorridos o el tiempo de actividad. Esto sirve para planificar mejor las rutas y tener una motivación adicional combinando tus sensaciones con una cifra exacta.

El catálogo de funciones es largo y no se limita a los datos básicos. De hecho, en función del dispositivo puedes saber la velocidad media, la potencia instantánea, la velocidad máxima, la altimetría, la frecuencia cardiaca, la cadencia de pedaleo o el número de calorías quemadas para realizar un seguimiento cada vez más completo del entrenamiento.

Las ciclocomputadoras no se reducen al uso sobre la bici, también se pueden usar en casa, en reposo, analizando tus últimas rutas. Para ello, tan sólo tienes que extraer los datos sobre tus últimas sesiones o rutas. Con las diferentes tablas comparativas y gráficos, tienes varias herramientas muy útiles para seguir mejorando y controlar tu evolución en el tiempo.

Todos estos datos son la clave para planificar los entrenamientos, gestionar el nivel de cansancio y saber tu estado de forma. Además, guardar las sesiones en una base de datos te permitirá consultarlas más tarde, para recordar una planificación que te haya funcionado o para comparar lo que has salido de un año para otro.

Los criterios de selección

Tipo de disciplina

La elección de una ciclocomputadora depende del uso que se le vaya a dar. Cuanto más intensa sea la disciplina, mayor será la necesidad de datos y parámetros para analizar mejor tu actividad.

Para dar paseos o salir a estirar las piernas, un modelo electrónico con datos simples como la velocidad o el kilometraje es suficiente para tener una idea.

Si quieres mejorar tu rendimiento, la frecuencia cardiaca, la cadencia de pedaleo o las funciones de intervalos (señalar o marcar un periodo de tiempo preciso dentro del entrenamiento) son fundamentales para ello.

Ergonomía del dispositivo

Durante la actividad física, la pantalla se consulta en movimiento con la velocidad, por lo que hay que asegurar que los datos se ven bien y son legibles. La retroiluminación de la pantalla o el efecto antirreflejos con el sol son algunas características importantes para tu seguridad sobre la bici.
Mientras estás mirando la ciclocomputadora, tu atención deja de estar concentrada en el camino. Además, la pantalla no debe estar saturada de datos, basta con tener los esenciales a la vista.

Autonomía de la batería

De acuerdo con el tiempo que dedicas a la disciplina, la autonomía del dispositivo es otro punto importante para no distraerte con una batería que dura poco o un apagón anticipado durante la ruta o sesión.
Actualmente, algunas ciclocomputadoras muestran el estado de la batería en directo para que sepas si tienes suficiente. Un pequeño consejo para ahorrar batería, configura las paradas automáticas para que el dispositivo se apague cuando te pares.

Grado de impermeabilidad del dispositivo

El nivel de impermeabilidad de la ciclocomputadora puede ser importante, sobre todo para los que no dudan en rodar aunque sea bajo la lluvia. Para ello, comprueba el nivel IPX del dispositivo. Con una norma IPX 6 o 7 puedes rodar bajo la lluvia sin peligro para la ciclocomputadora. Incluso si sólo acostumbras a salir con buen tiempo, es mejor tener un dispositivo impermeable en caso de un cambio inesperado de la meteorología.

Facilidad de uso

Por último, la facilidad de uso puede ser definitiva a la hora de elegir. Tanto si es sobre la bici o en otro momento, siempre se agradece no perder tiempo con la tecnología. Durante la actividad física, la ciclocomputadora tiene que ser ergonómica y fácil de acceder para consultar rápidamente los datos con seguridad. Por eso, te recomendamos evitar dispositivos demasiado complicados de configurar porque al final te dejarás muchos datos disponibles sin usar.

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