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TRIATLÓN - Zapatillas de Running/Trail

¿Cómo elegir unas zapatillas de Running/Trail?

Ante la apabullante oferta de los fabricante y los múltiples conceptos de marketing que proponen las marcas para distinguirse, elegir un par de zapatillas para correr no es una tarea sencilla.
Aquí te damos algunos consejos para ayudarte a reconocer los puntos clave para rendir al máximo en tu disciplina, tanto si corres sobre asfalto o practicas más trail.

Puntos clave

  • Tipo de disciplina: terreno (asfalto, trail, mixto), distancia (menos de 10 km, de 10 a media maratón, trails largos y maratones), intensidad (ocio, entrenamiento, competición).
  • Tipo de corredor: peso y morfología del corredor, pisada y ataque de la carrera (pronador, supinador, avance del talón, pisada de medio pie) ;
  • Características de las zapatillas: drop, amortiguación, flexibilidad, estabilidad, capacidad transpirable e impermeabilidad.

¿Qué tipo de corredor eres?

El terreno



Las zapatillas de carrera en asfalto priorizan la amortiguación ya que los impactos sobre esta superficie son mucho más traumáticos para los músculos, tendones y articulaciones que los caminos y senderos. Sin embargo, no necesitarás suelas muy marcadas ya que el agarre no es un problema. Por último, el empeine suele fabricarse con un tejido de malla transpirable.

 

Las zapatillas de Trail, como ya sabíamos, tienen de su parte las suelas con dibujos (muy profundos) para asegurar un agarre óptimo sobre cualquier terreno y en cualquier situación (barro, rocas, seco o muy seco; tanto en llano como en montaña, en descenso o en las zonas con inclinación). Los terrenos naturales, a pesar de que no necesitan mucha amortiguación, sí que obligan a una sujeción perfecta del pie y del tobillo. Estos modelos son más bajos (para tener una mayor estabilidad), más cerrados y más rígidos. Además, las zapatillas de Trail suelen contar con elementos de protección (en la parte delantera) para estar prevenido ante posibles golpes a las piedras y tejidos reforzados ante el desgaste para ofrecer la solidez necesaria.


Cabe destacar que hay zapatillas mixtas, perfectas para los corredores que prefieren combinar las rutas sobre asfalto y terreno natural con orografía fácil para no tener que comprar tantos pares de zapatillas diferentes. Una solución interesante para los corredores aficionados a los que no les importa tanto la eficacia de esa combinación entre rendimiento, agarre y estabilidad, cualidad que sí tienen los modelos exclusivos tanto de Trail como de asfalto.

La longitud y la intensidad del esfuerzo físico

Además del terreno, la elección también puede venir determinada por la distancia y o la intensidad del esfuerzo físico. Normalmente, podemos separar las zapatillas diseñadas para la corta (hasta 10 km) y la media distancia (hasta una media maratón) que se caracterizan por un peso menor y una aerodinámica excelente, de las zapatillas diseñadas para la larga distancia (maratones y trails largos y ultras) capaces de soportar sin problemas miles de impactos que recibe el cuerpo.

Cuanto mayor es la distancia, más amortiguación y comodidad necesitarás para garantizar una sensaciones iguales durante toda la prueba y proteger tu organismo.
Además de la distancia, la intensidad del esfuerzo también puede condicionar la elección de un modelo u otro de zapatilla: de ocio para el corredor ocasional que solamente quiere hacer ejercicio, de entrenamiento para el atleta constante (estos modelos alcanzan una mayor durabilidad); y de competición, centrado exclusivamente en el rendimiento y con un diseño para correr más rápido, pero con un gran inconveniente, su durabilidad es mucho menor.

La morfología del corredor

Todas estas características dependen de la morfología que tengas, ya que un mismo par de zapatillas se puede adaptar a un corredor « ligero » de maratón, mientras que un más « pesado » no debería usarlas más de 10 km para evitar cualquier riesgo de lesión.

De forma general, los corredores de peso ligero suelen optar por un par de zapatillas que combinen respuesta y peso, mientras que los corredores « pesados » (> 85 kg para los hombres y > 70kg para las mujeres) tendrán que fijarse en la sujeción del pie y del tobillo para asegurar la estabilidad, y que tengan una gran amortiguación, especialmente en el talón, por ejemplo, con una plantilla de espuma de alta densidad.

El tipo de pisada

Hace algunos años, el grado de pronación se presentó como un criterio determinante. La oferta de zapatillas estaba segmentada según el tipo de pisada. Por lo tanto, había que saber si éramos supinadores (el pie se apoya en el exterior), pronadores (el pie se apoya en el interior) o universales (el pie está recto y paralelo al suelo durante el avance).

En realidad, no importa demasiado la forma en la que avances con tu pisada si no sientes ningún dolor o lesión. En la actualidad, la mayoría de zapatillas de running son neutras o universales para que le queden bien a la mayoría de corredores. Y si esto no te convence, las plantillas ortopédicas, diseñadas y recomendadas por un podólogo del deporte, pueden darte el apoyo que necesitas.

Lo que debe guiarte por delante de todo es la forma en la que atacas el suelo: desde el talón o con una pisada de medio pie. Como norma general, los corredores principiantes y/o los corredores menos rápidos suelen poner primero el talón en el suelo, por lo que necesitarán una amortiguación importante en la parte trasera de la zapatilla y un drop alto (la diferencia de altura entre la parte trasera y la parte delantera de la zapatilla; ver más abajo).

Por el contrario, un corredor más experimentado tendrá una pisada de medio pie, es decir, que el pie se apoya plano, sin inclinación, lo que reparte mejor la onda de choque. Este tipo de pisada, además de ser la más eficaz, es la mejor para el cuerpo porque reduce los golpes y los riesgos de lesión. En este caso, un drop menor, casi inexistente se adapta mejor y es más eficaz.

Todo lo que hay que saber sobre las zapatillas de Running

Las zapatillas para correr actuales son el producto de muchos estudios científicos y trabajos de investigación y desarrollo. Nada tienen que ver ya con las que usábamos hace décadas. Pero, hay que saber distinguir entre la verdadera innovación y los conceptos de marketing. Aquí te presentamos las características fundamentales que debes tener en cuenta a la hora de elegir un par de zapatillas nuevo.

El drop

Como hemos nombrado anteriormente, el drop es la diferencia de altura entre el talón y la parte delantera de la zapatilla. Un dato bastante reciente que se ha convertido en algo imprescindible y representa para muchos corredores la característica más importante para comprar un modelo antes que otro.

El drop varía normalmente entre 0 y 13 mm. Cuanto menor es el drop, más plano está el pie, y, por lo tanto, más cerca de la «pisada natural». Sin embargo, puede ser todo lo contrario para la mayoría de los corredores, ya que esta pisada requiere de un poco de técnica y cierto aprendizaje.

Los principiantes y los deportistas de mayor tamaño seguramente se interesarán más por los modelos que tengan un drop importante - desde los 8 mm , para conseguir una buena amortiguación y reducir el riesgo de dolores o lesiones en los gemelos y el talón. Pero a largo plazo, el efecto puede llegar a ser contraproducente y arrastrar al deportista a un círculo vicioso: un drop alto aporta una amortiguación notable, pero obliga a atacar con el talón, que requiere una mayor amortiguación al mismo tiempo. Por eso, se considera que el riesgo de traumatismos es mayor a largo plazo.

Si eres un corredor con experiencia y en forma, un drop bajo, entre 0 y 6 mm, te dará mejores sensaciones en el pie y te convendría como primera opción, ya que te acercarías a la famosa «pisada natural» que garantizan un mejor rendimiento y menos lesiones.

Si quieres reducir el drop, hazlo de manera progresiva, por etapas, para evitar un cambio de postura tan brutal que te llegue a generar lesiones.

También hay que señalar que el drop mostrado suele ser el del número de pie estándar 43. Así que para el mismo modelo, el drop del número 37 será menor que el del número 47. Hablar de la inclinación entre el talón y la parte delantera del pie sería más acertado.

Además, no tiene sentido hablar del drop solo, hay otros criterios que deben tenerse en cuenta en este ámbito, como por ejemplo la altura, ya que dos zapatillas con el mismo drop pueden ser totalmente diferentes según la altura de la suela.

La amortiguación

Cuanto mayor es la altura de la suela, más amortiguación aporta, es decir, que absorbe la onda de choque cada vez que apoyas el pie. La amortiguación se puede conseguir de diferentes formas: espumas de mayor o menor densidad, gel, goma. Todas estas tecnologías contribuyen, pero no justifiques tu elección con estos parámetros, sino con el nivel de amortiguación que aporta la zapatilla.

Sobre el terreno, como decíamos anteriormente, correr sobre asfalto requiere más amortiguación que en trail.
Por el estilo de carrera, atacar con el talón requiere más amortiguación que una pisada con la parte media del pie, al igual que ocurre con los corredores más grandes y pesados.
A pesar de ello, ten cuidado y no elijas una zapatilla con demasiada amortiguación porque podría ir en detrimento de la estabilidad, la precisión y el ritmo o dinamismo de la carrera. Te toca elegir a ti qué característica prefieres. Todo es una cuestión de gusto y prioridades.

La flexibilidad

La flexibilidad de una zapatilla representa su capacidad para deformarse, para acompañar a tus movimientos y a las variaciones del terreno. Una zapatilla flexible es una gran elección para los corredores expertos ya que ofrece las mejores sensaciones con el terreno. Sin embargo, obliga a realizar un mayor esfuerzo para avanzar. Por el contrario, una zapatilla rígida aporta menos sensaciones, pero es más dinámica. El pie va más sujeto y es la solución perfecta para los corredores menos activos o los de mayor tamaño.

En cualquier caso, ocurre como con la amortiguación, depende de tus prioridades y gusto.

Atención: desde hace algunos años hay modelos rígidos para los competidores en busca del mejor rendimiento que incluyen una placa de carbono que funciona como un muelle. La energía generada en el momento de impacto se devuelve en el rebote, para que cada pisada sea más ligera y eficaz. Se trata de modelos especial para las competiciones ya que un uso excesivo y, sobre todo, exclusivo de este tipo de zapatillas puede desembocar en un mar de lesiones.


La estabilidad

La estabilidad es una de las características principales y, al mismo tiempo, una de las más difíciles de evaluar ya que depende de muchos parámetros como la altura de la zapatilla, la flexibilidad o la forma (más o menos alta y envolvente).


La capacidad transpirable y la impermeabilidad

La mayoría de las zapatillas de carrera a pie están diseñadas para alcanzar la máxima capacidad transpirable y reducir la temperatura del pie y la sensación de calor. Además, algunos modelos (normalmente exclusivos para trail) cuentan con una membrana que repele el agua o impermeable que puede ser interesante para las rutas con lluvia o en terrenos mojados.

El peso

El peso de una zapatilla normal ronda entre 250 y 300 gramos. Por encima de ese peso, la energía necesaria para mover la zapatilla será mayor en cada paso, pero también será más cómoda puesto que tendrá más amortiguación.
Los modelos más ligeros (por debajo de los 200 gramos) son más dinámicos, pero adolecen en comodidad, amortiguación y estabilidad, sin tener en cuenta tampoco la protección necesaria para el trail. Además, estos modelos tienen una vida útil mucho más corta al ser el doble de débiles.

Nota: sobre la durabilidad de las zapatillas de running, normalmente se establece que un par de zapatillas tradicional se puede utilizar durante unos 1.200 km, pero se trata de un dato que, como es lógico, varía según el tipo de ruta, la frecuencia de las mismas y la morfología del corredor/a.
Las zapatillas diseñadas exclusivamente para la competición (válidas también para las pruebas en pista) tienen una vida útil mucho más corta, entre 200 y 500 km, casi nunca superan esa cifra.


El número

La elección del número o la talla de una zapatilla es sencillo y complicado al mismo tiempo, ya que depende fundamentalmente de la longitud del pie.
Para determinar bien la longitud, coloca el pie en una superficie plana y mídelo desde el talón a la punta del dedo más largo. Para medirlo con la máxima fiabilidad, coloca el pie sobre una hoja de papel y marca con un lápiz los dos extremos. Después, quita el pie y mide la distancia entre las dos marcas. Para asegurarte del todo, añade unos 0,5 cm a la cifra que hayas obtenido y fíjate en la guía de tallas de la marca.

Atención: hay muchas diferencias en los números y tallas según la marca. El número en una marca no tiene ser el mismo en otra marca.

La anchura del pie también hay que tenerla en cuenta, especialmente si tienes unos pies muy anchos. En ese caso, es mejor que optes por un número más para evitar el dolor. Para ello, algunas marcas tienen varias opciones de anchura en un mismo número.


El sistema de cierre

Si la mayoría de las zapatillas presentan el sistema tradicional de cordones, algunos modelos tienen cables y cierres con rueda o hebilla micrométrica, a imagen y semejanza de los que se utilizan en las zapatillas de ciclismo. Estos sistemas reparten mejor la fuerza del cierre en todo el pie y evitan los puntos de presión, aunque son los que reservan para los modelos tope de gama más caros. Una forma sencilla y económica de mejorar la comodidad y la eficacia en las pruebas de triatlón acelerando las fases de transición. Se sustituyen los cordones originales por cordones elásticos rápidos. Presentan la ventaja de ponerte las zapatillas en tan sólo unos segundos, y con la presión perfecta y constante en el pie, sea cual sea la duración y la intensidad de la actividad física.

¿Cuáles son las zapatillas más adecuadas para mí?

Depende de tu morfología, de la forma que tengas de correr y de tus objetivos. Tendrás que tener en cuenta la amortiguación, la flexibilidad, la estabilidad o el peso, así como un drop más o menos elevado.

  • Ocio / Principiante

    La clave es centrarse en la comodidad. Una zapatilla estable con una buena amortiguación, lo bastante rígida, con un drop por encima de 8 mm que será perfecto para las rutas de ocio ocasionales y evitar cualquier riesgo de lesión. Un par de zapatillas de asfalto, mixto o trail depende del entorno en el que corras. Si lo que buscas es polivalencia, un par de zapatillas mixto es perfecto. Los corredores más altos y grandes tendrán que fijarse en los modelos que ofrezcan una buena amortiguación con un drop de 10 mm o superior.

  • Competición en asfalto/carretera

    En este caso, el peso y el rendimiento son los objetivos prioritarios. Aunque hay cierto margen de elección, por si prefieres unas zapatillas muy flexibles o, por el contrario, muy rígidas con placa de carbono. Los modelos de competición también son perfectos para las carreras en pista. Estas zapatillas suelen ser bastante minimalistas, especialmente si son para pruebas de corta distancia. Más allá de eso, hay modelos específicos de maratón o modelos intermedios para entrenar y competir.

  • Entrenamiento en asfalto/carretera

    Si corres con objetivos más deportivos, tendrás que preparar esos objetivos. Por eso puede ser interesante contar con unas zapatillas un poco más flexibles para trabajar con precisión la técnica del pie, especialmente la pisada de medio pie. Para evitar lesiones, procura que tengan una amortiguación razonable. Además, la durabilidad y el peso son parámetros a tener cuenta. Unas zapatillas para entrenar también sirven para competir en rutas de larga distancia para los corredores de nivel medio (maratón en unas 3:30).

  • Competición en Trail

    En este caso, todo depende de la duración del esfuerzo físico. Para los trails cortos (hasta 20 o 30 km), un par de zapatillas dinámicas y ligeras es lo más indicado. Sin embargo, en los trails largos y los ultratrails, la velocidad no es un elemento importante. Los puntos que hay que priorizar son la comodidad, el agarre y la estabilidad del conjunto para solventar los errores del pie, que no faltarán cuando empiece a notarse el cansancio físico y mental.

  • Entrenamiento en Trail

    Para entrenar se recomienda un par de zapatillas con los tacos necesarios según el terreno, siempre con la protección adecuada, especialmente en la parte delantera del pie. Si corres con frecuencia en asfalto y en los trails y quieres practicar ambos con las mismas zapatillas, necesitas unos tacos moderados (entre 4 y 6 mm) para tener un buen agarre sin que afecten demasiado a tu rendimiento sobre el asfalto. Como decimos, todo depende del terreno, pero unas zapatillas más seguras que envuelvan el tobillo pueden ser otra opción interesante.

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