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El aluminio

Los cuadros de aluminio presentan normalmente un buen equilibrio entre comodidad y prestaciones a un precio asequible. Sin embargo, los ciclistas más exigentes y los competidores suelen reprochar su peso excesivo y la falta de rigidez. Por otra parte, este material ha evolucionado mucho en los últimos años, por lo que podemos ver cuadros de aluminio de alta gama con unas prestaciones parecidas a las del carbono.

Los dos tipos de aluminio más utilizados son el 6061 y el 7005. El primero es más ligero y el segundo es más resistente, con lo que se puede reducir el material necesario para crear el cuadro. Algunos fabricantes también ofrecen cuadros de escandio. Junto con el aluminio, reduce el peso entre un 10 y un 15 %.

El carbono

Por su parte, el carbono es un material muy valorado para el ciclismo en ruta. Se puede combinar con muchas otras fibras y materiales para conseguir unos cuadros muy ligeros y con una respuesta inmediata, pero también más exigentes a nivel técnico y físico.

La densidad y la orientación de la fibra de carbono le da unas cualidades específicas a cada modelo (elasticidad, rigidez, respuesta, comodidad, aerodinámica). Con cierta fama de muy exclusivo para los que sólo van a salir a dar una vuelta, este material es perfecto para los deportistas expertos o los que compiten.

El resto de materiales

Se pueden elegir otros materiales menos utilizados como el acero o el titanio para los cuadros de las bicicletas.
 

• Acero: olvídate del acero de las bicis de tus abuelos. Se han conseguidos grandes avances en el uso de este material en los últimos años. Algunos son algo más pesados que el aluminio y presentan un excelente equilibrio entre flexibilidad, elasticidad y rigidez.


• Titanio: con mejor rendimiento que el acero y el aluminio y una relación óptima entre comodidad, peso y solidez, el titanio es un material menos habitual por su precio tan alto. Es uno de los tesoros que buscan los ciclistas amantes del diseño clásico por su aspecto intemporal exclusivo.



 
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